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jueves, 23 de abril de 2009

Los Viajes de Koki Zelaya

VÉRTIGO Y ADRENALINA SOBRE RIELES

Eran las 05:45 horas del pasado 9 de abril, y nuevamente Desamparados volvía a lucir preciosa, como en sus mejores tiempos. Alumbrada con su mejor traje de luces y diría que al mejor vítor taurino y solo cabía decir ¡¡¡Ole!!! Esta vez muy temprano llegaban los 10 coches al andén de la estación. Eran las 06:00 a.m. Un mar humano esperaba recibir la centenaria estación en ese recordado jueves santo. Más de 400 pasajeros gozaron de esa mayúscula obra de la ingeniería ferroviaria, el Ferrocarril Central, y vaya que así fue, bailaron y hasta quedar exhaustos de felicidad y con el buen servicio que ahora se brinda a bordo. Este renovado servicio turístico del tren a Huancayo, irá a cumplir 3 años en diciembre de este año y estamos al mismo nivel de los mejores trenes turísticos de cualquier parte del mundo. Esta vez, se iba a la caza de más fotografías del tren y que había que rescatar a través de todo lo que se había planeado con antelación. Igualmente, nos acompañaban en el tren 2 importantes televisoras de Francia y Alemania y quienes de seguro ya habrán lanzado tan importantes reportajes en sus países de origen. Lima estaba gris aquella mañana de otoño, pero con el clima uno no se puede fiar. A la entrada de Desamparados todos los pasajeros son filmados y pasados por el detector de metales, segundos después, sus equipajes son etiquetados y para ser llevados al vagón correspondiente. Los minutos pasan y continúo recibiendo saludos por todos los que me conocen en la empresa. El andén se torna multicolor, parece ser una pasarela al mejor estilo europeo. Veo pasar un ramillete de damas y que me hacen suspirar un éxtasis profundo. Enseguida, encargo a bordo unas vitaminas refrescantes para mi posterior subida en La Oroya. Tengo un reencuentro grato con Hugo, el cocinero, mi recordado amigo del antiguo tren y se emociona de verme después de 3 años. Es que la amistad en el tren a Huancayo es como una familia y es indudable de que nunca muere. También está Canal N y para trasmitir en vivo las incidencias previas de la partida. Cada vez más el Central es motivo de admiración. Estoy seguro que el tren seguirá creciendo y para beneplácito de todo el mundo ferroviario-turístico. Son las 07:00 a.m. y partimos, todo está listo a bordo para la atención personalizada a los turistas y que son atendidos por expertos anfitriones (as) debidamente especializados para estas lides ferroviarias. Me subo a uno de los coches, de los nuevos, en el que se encuentra una cantante de moda: Damaris, la conocida cantante de música folklórica. Ahora sí el tren está en su mejor época, los turistas se sienten como en su propia casa. El movimiento del tren es lento pero seguro a la salida de Lima. No se puede ir rápido, porque es zona urbana; mientras tanto, me someto a una interviú con Guillermo Díaz, alto directivo del ferrocarril. Se sirven los desayunos y una merienda como para aplacar el apetito. Se acerca Chosica y tenía que bajarme. Todo ya estaba plenamente coordinado y desde 2 semanas atrás, pero todo en secreto. Me cruzo con Fernando Tovar, otro alto directivo del ferrocarril, y que no había problema para treparme a una autovía y que me llevara a una parte alta de la ruta, antes de que el tren llegue y así poder hacer tomas importantes para el libro a presentar el 17 de julio en Lima. De veras que fue un día grande e inimaginable. La emoción estaba salpicada por las primeras gotas de lluvia que empezaban a caer por Cocachacra. En Chosica fue el reencuentro con Humberto Torres nuestro inolvidable “Meteoro”, el rey de las curvas y que nos ha llevado como nosotros hemos querido, hombre valioso y muy noble y que ya es uno más del equipo; completando el trío con el ‘tristón’ de José Parra, el “Cóndor de los Rieles”, que esta vez no ‘voló’ como en anteriores ocasiones, porque le cortaron las alas (estuvo enyesado de un pie). Yo fui el sacrificado y tuve que asumir los retos más difíciles y como siempre. La inspiración es grande y mi memoria es monumental, no soy periodista, y nunca apunto ningún detalle y aquí está lo más saltante de lo que sucedió aquel 9 de abril, una fecha de la cual nunca me olvidaré. Es que se acerca la fecha cumbre de julio y hay que empuñar todas las armas para la victoria final y cueste lo que cueste. Para saber tomar fotografías del tren hay que estudiar el terreno y conocer el recorrido del ferrocarril, sino a llorar al río!!! Comenzamos muy cerca de Cocachacra, luego los puentes en San Bartolomé, las alturas de ese mismo distrito, venía el puente Carrión, el túnel Balta y estratégicamente posicionados desde el puente Eduardo de Habich de la carretera, apuntábamos el sinuoso recorrido del tren a Huancayo, de veras que una verdadera maravilla. El aspecto del tren da una sensación de ver a una serpiente multicolor moviéndose y arrastrándose sobre el verdor de la sierra limeña y todo ello gracias a las lluvias. Con las justas llegamos y raudos apuntamos nuestras cámaras y a una distancia promedia al puente Challape y a los segundos aparecía el tren. El caudal de carros y camiones seguían creciendo por la carretera y eso era motivo de preocupación. No paramos en Matucana y allí vimos pasar a la autovía, minutos después -por el anexo de Ccacachaqui- un amigo de la empresa y en su unidad móvil nos pasaba la voz de que la autovía me esperaba para trepar en el zigzag de Viso Abajo y así lograr subir unos 200 metros de altitud. Desde esa posición, el panorama se mostraría aparente para la toma de fotos. Llegamos al zigzag. No había un alma y aquí aprovechamos para unas fotos del recuerdo y con el logo de la empresa del ferrocarril. Venía la parte más dura del trayecto. De pronto viene una autovía, pero no era la que esperaba. Era del área de mecánica y es la encargada de trasladarme a Viso Arriba. Raúl Rivera hace el cambio, mientras Félix Ñahuincupa conduce el carrito motor y en un, 2 por 3 ascendimos. Vienen otras fotos más y llega la autovía del tren de pasajeros y nuevamente me encuentro con mi amigo del alma Juan Barboza y salta de emoción al verme. Tenía que sacarles una foto a todos ellos y con mi blanquirroja que me ha acompañado en todas estas faenas fotográficas de “Persiguiendo al Tren”. La gente del ferrocarril es guerrera y luchadora y no deja nada al azar, la seguridad es constante cuando hay tren de pasajeros y se destinan cuadrillas para esos días en que el tren rompe la tranquilidad de los macizos andinos. Con una exactitud de relojito suizo, el tren se encontraba por debajo de mi posición y al toque, a actuar y a no perder tiempo, y con el sorprendente zoom de mi Canon logro aproximarme en varios metros al tren. Se acercaba el momento de la ascensión y allí veía cómo subía y retrocedía el tren. Los pasajeros no sabían cómo había llegado allí, disparé y disparé mi cámara y ahí han quedado registradas las tomas de aquella memorable jornada. Gerbert Llerena, estaba a cargo de la máquina. Era la N ° 1010, una moderna locomotora GE C29 y de 3.900 H.P. Vaya, vaya la sorpresita que me llevé cuando se empezó la marcha y de veras que me hizo sentir en el Olimpo, lugar en donde moraban los dioses griegos. La adrenalina se conjugaba con el vértigo, ¡claro pues! era una nueva aventura en locomotora. Fueron unos 8 km bárbaros y que por dentro se siente que la sangre fluye ¡a todo tren!. Túneles, precipicios, puentes y como para todos los gustos. Mi Canon, la cámara digital, trabajaba duro y parejo y para captar esas escenas que podrán ver en You Tube, inolvidables diría yo. De un momento a otro sale de la cabina de la locomotora y me saluda un trabajador de la empresa y que de veras no lo reconocía, estaba con su casco y sus lentes de reglamento. Era Pedro Garcilazo, era un reencuentro fraterno increíble como en julio de 2006, e igualmente en la ‘loco’. Me preguntaba que si no tenía miedo, nada compadre, uno está hecho de hierro y ha nacido para esta vida y como aquella frase que inmortalizara el recordado periodista deportivo ‘Pocho’ Rospigliosi, “¡¡¡esto es lo que le gusta a la gente!!!”. Entrábamos al primer túnel de este pequeño recorrido y la sensación es magnífica. Hay que estar allí para saber cómo es un ferrocarril, sobre todo el Central, el temor no existe, el orgullo sí que sí, la fuerza de la máquina se siente dentro de los socavones, es como un acorazado, de aquellos de la 2ª. Guerra Mundial y el Central se da el lujo de tener estas portentosas locomotoras. Comienza a llover más fuerte, enfoco continuamente la parte alta del chasis de la ‘loco’ y en un túnel, el N° 20 salgo retratado en el parabrisas, mientras el ruido se torna ensordecedor dentro de las tinieblas. Aprovecho la curva para filmar la salida de los coches del fondo del túnel en acrobática acción, Gerbert sonríe cuando lo enfoco. Él, también vive esta actividad y es muy querido por todos, es parte de la familia del tren de pasajeros, turnándose en la conducción con Daniel García, el “Correcaminos”. Estamos por cruzar el 2do. puente más largo del ferrocarril, es el “Chaupichaca”. Por arriba se aprecia un gran panorama. Salimos de un túnel y pasamos bravíamente la estructura amarilla de esta colosal obra de la ingeniería que este año está cumpliendo sus 100 años y que también estuviera en la mira de los terroristas, pero que no se dejó vencer ante tan cobarde atentado en 1993; mientras tanto, por abajo, ya estaban colocados estratégicamente “Meteoro” y el “Cóndor de los Rieles”, los logro ver pero a una dimensión reducida. El paso es fugaz por sobre el viaducto y ya está frente a nuestras narices otro túnel más y viene otra seguidilla más de socavones. La ruta se torna muy sinuosa y cerrada, pero el manejo profesional de Gerbert hace que todo fue muy sencillo. La lluvia empieza a arreciar. Pasamos una atarjea, luego el cerro de relaves de la empresa San Juan en Tamboraque y que está poniendo en grave riesgo la ecología de esta parte de la sierra central de Lima. Llegábamos al 2do. zigzag, es la estación de Tamboraque, km 120 y a 3.008 msnm, y así concluía esta mayúscula experiencia y que durará para toda la eternidad. Había que hacer cortes a los coches de pasajeros y ordenarlos de tal forma para que el coche de cola siempre sea el Infiernillo, el coche estrella del convoy. Desde ese punto, tendría que continuar el perseguimiento del tren a través de la carretera central. La pista estaba resbaladiza, el día nublado y muy gris, el astro rey no estaba invitado a esta nueva aventura y que ha sido la más brava en cuanto a clima, a razón de nuestras 3 salidas anteriores. Teníamos que ir en procesión en una parte muy difícil de la carretera central. Los accidentes eran como el pan de cada día. La carretera ya está saturada y nadie hace nada por solucionar su congestión. Pasamos el distrito de San Mateo y nos volcaríamos con todo a la coronación del “Infiernillo”. La lluvia se tornaba torrencial y no teníamos indumentaria para esas contingencias de la naturaleza, pero eso qué importaba, con tal de estar en las mismas narices del puente y gozar del bello escenario serrano. Había que trepar hasta sus mismas entrañas y en contados minutos me encontraba cara a cara con él. La subida estaba convertida en todo un lodazal, las gotas de lluvias caían como lanzas y había que ser muy precavido. Llegando hacia lo más alto, tenía que guarecerme en las oscuridades del túnel N° 35, y hacerle compañía a algunos murciélagos y al ver que no paraba el fuerte chaparrón. Segundos después, acometí raudamente y me fui caminando hasta las 2/3 partes de la mole de hierro naranja y poder así captar las escenas de escalofrío que ya vieron en el pasado video. Estar en el ‘Infiernillo’ es como imaginarse las épocas duras de la construcción del ferrocarril. No había carretera ni nada por el estilo en 1870 y tantos…. Hoy, estar por ese emblemático lugar, es como reposar en un hotel de 5 estrellas, porque siquiera hay vida, pasan carros y se nota movimiento. Es algo vibrante sentir pasar el tren por ese mágico puente y que lo ha hecho catapultar hasta los sitios más recónditos del planeta Tierra. Este paso no es como cualquiera, es la estrella más rutilante del ferrocarril y lo seguirá siendo, es el Hollywood ferroviario y ¡qué duda cabe de eso! Pasaba el tren, luego de hacer una fuga imprevista, al notar de que el tren se me venía encima y fue otra prueba de fuego y al mejor estilo del suspenso como Alfred Hitchcock. El recibir el saludo de varios pasajeros del coche el ‘Infiernillo’, pues que a uno lo llega a emocionar hasta el tuétano. Así y todo, ya era hora de la bajada hacia la carretera y seguir nuestro periplo por esa ruta. Venía Río Blanco, fotos y más fotos y 3 cámaras que actuaban a la misma vez. Posteriormente, Chicla, otro de los espectáculos del viaje por tren, seguía Casapalca otro enclave minero, la entrada al lugar conocido como Chinchán, una zona solitaria, barrosa, gélida y también minera. El frío comenzaba a fastidiar, los pies no los sentía, el clima se tornaba belicoso y 500 metros más arriba nos esperaba de seguro hielo y nevada y así fue. La visibilidad era minúscula en las alturas de Ticlio, copos de nieve comenzaban a deslizarse sobre nuestras posiciones. A lo lejos, divisábamos al tren y perdido entre la bruma del paisaje. Los 4.800 msnm sí que se sienten esta vez. No era posible captar imágenes del tren desde varios metros de distancia, pero pasando por mi delante sí se presentó la ocasión idónea y quedó para la posteridad aquella tamaña perseverancia de perseguir al tren por donde sea y como se presente la madre naturaleza. Calculo que el frío estaba por lo menos a -8° C. Ya no respiraba, desde mis pulmones expulsaba tan similar vapor que destila una tetera y verdad que fue así. El “Cóndor de los Rieles” estaba pálido, taciturno y eso que vive en Huancayo, es que el pobre no hace deporte, yo sí, y por eso que tengo cuerda para rato; mientras tanto, había que nuevamente subirse al ‘Mac 5’ y listo para ir al cruce de Cut Off. Llegando a ese punto, el km 206 del ferrocarril, nos encontrábamos con otro panorama. La temperatura estaba en azul, la atmósfera se tornaba mejor.’ Pero también había llovido muy fuerte. Allí esperaríamos el cruce con el tren que habíamos despedido kilómetros arriba. Fue un día como para recordar. Allí trabamos conversación con esa gente que a veces no se sabe quiénes son, pero que le dan seguridad al paso del tren en los pasos a nivel con la carretera y con otros importantes cruces, y valga que va el halago para ellos y mis felicitaciones por tan notable labor, y que cueste lo que cueste siempre están presentes para cerrar el paso a esos despistados choferes y que no miden las consecuencias cuando un tren se aproxima y hacen caso omiso a los sonoros pitos de la máquina. Gracias a: Juan Salinas, Almir Albuquerque, Jiuseff Mayco, Víctor Chirinos, Elmer Rosales y el amigo de la PNP y allí han quedado de manifiesto las fotos y con el logo de la empresa Minutos después y a lo lejos, la autovía ya anunciaba el paso del tren y que ha pasado a una velocidad de aproximadamente 70 km/hr. Se acercaba La Oroya , punto en el que nuevamente tendría que subirme al tren y todo salió como se tenía calculado días atrás, luego de la reunión que sostuviera con Jaime Blanco, Gerente General de FCCA y, Michel Millán, Jefe Comercial de la misma empresa. En Cut Off era la despedida con “Meteoro” y será hasta la próxima salida y que podría ser semanas antes del evento central y como para cerrar con broche de oro toda esta titánica lucha, y solo por lograr un éxito que indisolublemente está ligado a todos los amantes de los rieles. Ya en el tren, éramos recibidos como reyes, muchos nos reconocían y daba ganas de responder con algunas palabras, pero la lucha había sido fatigosa. Era hora de recomponer energías y para eso eran las bebidas energizantes dejadas en el tren, antes de partir desde Desamparados. ¡Qué alivio! Se sentía uno rejuvenecer y era como regresar a la vida. Partíamos de La Oroya como a las 17:00 hrs. Como siempre allí estaba hecho todo un galán ‘Paco Little’ y como para alegrar la estadía en el tren y sin olvidar a Raúl Soria, otro buen muchacho y que es muy querido por la tripulación. No se ve actividad en la fundición del complejo polimetalúrgico, debido a los problemas que está pasando la Doe Run. Se respira un ambiente agradable. Oh, oh,…. sorpresa, entre los ocasionales pasajeros se encontraba el conocido Beto Ortiz y con quien trabo una amena conversación. Intercambiamos tarjetas y no estoy equivocado de que el viaje le agradó. Su programa “Enemigos Íntimos” va por frecuencia Latina Canal 2 TV, de lunes a viernes a las 23:00 hrs. De pronto, la música comienza a apretar en el bar y estamos cerca de Jauja, distrito de El Tambo, km 299 de la ferrovía. Los tragos van y vienen y el trabajo de Pedro, José Luis y Gedeón es titánico y agotador en el bar. Hay tragos para todos los gustos y sabores, típicos y con el nombre de varios pasos del tren. La alegría es indescriptible y después de los momentos vividos en la travesía ferroviaria, comienza a volcarse en numerosas parejas. Era momento de ‘rumbear’ y convertir la terraza del coche el ‘Infiernillo’ en todo un ring de baile y eso fue hasta nuestra entrada triunfal hasta la estación de Huancayo, en donde somos recibidos por una banda de la PNP , además, de importantes empresas turísticas del valle del Mantaro. Esa nueva aventura llegaba a su fin y hasta el regreso del 12 de abril, en donde perseguiríamos al tren desde Huancayo hasta La Oroya y, luego volver a tomar el tren en esa última ciudad y seguir en él tomando fotografías y hasta mi regreso triunfal a Lima. Un agradecimiento especial a todos los amigos del Ferrocarril Central y para no olvidarme de nadie y, desde luego, a un buen amigo que conociera en el viaje de regreso: el Ing. Franco Cabeza y Sra. Y si quieren experimentar algo de esta nueva experiencia, solo deben de ver el siguiente video alojado en You Tube y en High Quality:




Saludos,

Koki Zelaya-EHT (Texto, Videos, Fotos)
18/04/09 (03:45 hrs.)
José Parra-ECR (Edición, Fotos)
Próximas salidas del tren:
Viernes 24 de abril - 07:00 hrs.- Estación de Desamparados
Viernes 01 de mayo – 07:00 hrs. – Estación de Desamparados
Mayores informes telf: 226-6363
www.ferrocarrilcentral.com.pe

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