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domingo, 29 de octubre de 2017

El Subte Porteño

El intríngulis del subterráneo porteño

CAPITAL FEDERAL 29 0ct (La Prensa).-El dilema ha vuelto a instalarse en torno a la administración del subte, cuya concesión en manos de la empresa Metrovías caduca en diciembre. De allí que en la Legislatura porteña se haya encendido el debate, una discusión que enfrenta la postura del Gobierno, tendiente a licitar nuevamente el servicio, con la de la oposición, impulsora de la estatización lisa y llana.
Como en tantos otros servicios públicos, no existe una evidencia irrefutable que confirme el éxito de un modelo por sobre otro. En la lidia de opiniones contrastantes dentro del ámbito legislativo se da una puja ideológica de resolución incierta. Por lo pronto, el subterráneo porteño avanza en su extensión -bien que no los 10 kilómetros anuales que prometió Mauricio Macri, y gana calidad de cara al usuario.

"El subte ha mejorado de manera importante la calidad de su servicio desde que el Gobierno de la Ciudad se hizo cargo de los controles, luego de que en el 2012 la gestión nacional se lo transfiriera", explica a La Prensa el ingeniero Jorge Kohon, especialista en sistemas ferroviarios.

Y agrega: "En ese momento no se cambió el concesionario, que sigue siendo Metrovías, pero sí se registró un mayor involucramiento del Gobierno, en este caso metropolitano, en el control y la fiscalización de la operatoria. Lo que existe entre el Estado porteño y Metrovías es un Acuerdo de Operación y Mantenimiento. Es decir que luego del traspaso se redefinieron los roles y se firmó un contrato más light. El rol de Metrovías es el de operar el servicio y mantenerlo".

-¿Este esquema fue beneficioso para el subte?

-En este contexto se ha logrado una mejora en la calidad, a la altura de una demanda de 300 millones de pasajeros por año. Hay un esfuerzo que es visible y que tiene su punto principal en la respuesta del servicio en las horas pico, que en este caso tiene una frecuencia de 3 minutos. Los sistemas se estresan en las horas pico y es prioritario resolver ese tema. Esta gestión lo ha sabido resolver, logró estabilizar el sistema en los momentos clave.

-En la Legislatura se debate el futuro de este medio de transporte entre quienes defienden el actual esquema y quienes impulsan la estatización. ¿Qué opina?

-No existe un modelo que garantice el éxito de la administración y el servicio del subte. Hay países que tienen una gestión pública y son buenos, y otros que tienen una gestión privada, y también son buenas. La clave del éxito está dado en la calidad institucional, es decir que exista un gobierno que, en uno u otro esquema, realice una buena fiscalización, regulación y trazado de planes.

-¿Advierte esto en la actualidad?

-En este caso la supervisión la realiza una empresa del Estado, que es Subterráneos de Buenos Aires. Esta compañía es la dueña de los túneles, de los coches y es la encarga de proyectar la expansión del subte en la ciudad. Por ejemplo, ahora se está terminando la línea E que llegará a Retiro, una obra que comenzó la Nación y continuó el gobierno porteño. También fue muy positiva la extensión de la línea H, que le dio una gran conectividad a la ciudad.

-Si el Estado es dueño de todos los activos, ¿en qué invierte Metrovías?

-No hay inversión por parte de Metrovías. Esta empresa se encarga del mantenimiento y la operación del servicio tal cual dice el acuerdo. Es como si una persona llama a un electricista a su casa. El dueño hace la inversión y el otro realiza el trabajo. Metrovías mantiene el sistema eléctrico y el tráfico, entre otras cosas.

-¿Es viable la estatización?

-El debate en torno a la estatización es una mera discusión ideológica. No hay evidencia alguna de que una administración vaya a ser mejor que otra. Quienes apoyan la gestión privada dirán que las empresas de este sector tienen un mayor dinamismo y cumplen mejor su rol. Y quienes prefieren que se haga cargo el Estado cuestionan el darle una renta a los privados, cuando eso puede quedar en manos estatales.

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