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lunes, 19 de marzo de 2018

Postales ferroviarias

Postales desde el andén

Muestra del Museo ferroviario Scalabrini Ortiz, de Haedo, en Carlos Keen.

BUENOS AIRES 18 Mar(El Civismo).-Guillermo Villa y Francisco Fernández no salen sin su cámara. Como fotógrafos, no importa el destino sino detener el tiempo en una escena y que marque por siempre el recorrido. Es un ir y venir constante por distintos lugares aunque, en su caso, con el mismo paisaje: el vacío que ha dejado en los pueblos la ausencia del tren. La fotografía se transformó para ellos en testigo de los cambios que la vida social y económica de esas pequeñas ciudades ha sufrido hasta dejar en la nada la ilusión de futuro.

Guillermo es ferroviario, trabaja en estación Retiro, en mantenimiento de vías de la línea Mitre. El contacto con Francisco se da a través del Museo Ferroviario Scalabrini Ortiz, de Haedo, para el cual ambos dedican parte de su tiempo. También, a partir del gusto por la fotografía que han transformado en una fiel aliada. La mirada puesta en cada momento se tiñe de cruda realidad cada vez que el disparo de la cámara muestra otra estación vacía.

Durante febrero, los dos fotógrafos exponen parte de su trabajo en una muestra ferroviaria que incluye desde pueblos hasta máquinas y coches restaurados.

EL CIVISMO dialogó con Guillermo y Francisco para conocer la historia de estas fotos y el mensaje que transmiten.

“El ferrocarril no es sólo un medio de transporte, sino que cumple funciones sociales y económicas”. Con esta frase, Guillermo define el compromiso que asume como trabajador ferroviario. “El tren fomenta el desarrollo y la unión de los pueblos. Hay gente que desconoce esto, por eso nosotros a través del museo nos ponemos en contacto con el público para informarles y despejarles dudas de todo lo que no conocen”, señala.

Francisco, si bien no trabaja en ferrocarriles, está unido a ellos a través del museo Scalabrini Ortiz. La fotografía ha estado siempre junto a él. Desde muy joven incursionó en este arte y aprendió a ver las cosas de otro modo, a capturar momentos cotidianos que pasan inadvertidos y resaltar la belleza natural de cada uno.

“La fotografía comenzó como un hobbie en mí, pues siempre me atrajo en general, y la del Ferrocarril en particular, y mediante ella quise representar y legar para el futuro las vicisitudes en la historia de ferrocarril, tanto de lo que fue su época de esplendor hasta de sus momentos en la que sufrió su crisis.  Hay una correspondencia entre lo que hago con la fotografía y lo que hacemos con las actividades del museo, en ambos casos, se trata de recuperar parte de la rica historia ferroviaria y que no todo caiga en el olvido: la fotografía muestra los vehículos que fueron restaurados a pulmón por los socios del Museo”, cuenta Francisco.

El área de cultura y difusión del museo, a cargo de la socia Alejandra De Falco, decidió organizar una muestra que transmita el rol de la institución en el contacto con el público en cada salida. En Carlos Keen ya realizaron una muestra anterior, también en la Universidad Tecnológica Nacional de Haedo y hay una muestra de dibujos recorriendo el sur.

“La idea de la muestra es desarrollar a través de imágenes el trabajo del museo, la custodia y preservación del material rodante antiguo. Y la parte final que sería el contacto con el público. Tenemos la suerte de ser un museo que trasciende los límites de su lugar físico, hemos recorrido varios lugares acercándole a la gente la historia del ferrocarril, siempre con gran aceptación. Rompimos con ese esquema del museo estático”, añade Guillermo. Sus fotos intentan mostrar el cierre de muchas estaciones y el vacío que dejó en los pueblos. Es religión, casi una característica propia, una obligación que él mismo se impone, visitar la estación de tren del lugar a donde viaja.

“Se ve un vacío importante que desencadenó la emigración de familias buscando un porvenir, condenó a muchos pueblos a desaparecer, el ferrocarril llegaba a donde el transporte por carretera no. Una vez que el tren dejó de pasar, varios pueblos quedaron aislados a la buena de Dios”, reflexiona.

Del mismo modo, Francisco refleja este estado en muchas ciudades y trata de hacer llegar a la gente la importancia que tiene el tren. “A partir de la crisis que sufrieron los ferrocarriles a lo largo del tiempo, se debe aprender a revalorizar su valor estratégico, como el que tuvo en décadas pasadas durante nuestro esplendor como Nación. Argentina estuvo entre los 10 primeros países en tener los mejores Ferrocarriles del mundo y supimos tener la red más grande de Sudamérica”, añade.

Las fotos que componen la muestra fueron tomadas con el fin de documentar “la historia, abandono y saqueo” que sufren varias estaciones a lo largo del país. Así lo describieron ambos. El motivo de la presencia del museo en Carlos Keen es recorrer con una mirada crítica los distintos pueblos por los que antes pasaba el tren.

-¿Sos fotógrafo? ¿En qué consiste tu trabajo en FFCC, y qué labor desarrollás como parte del museo?

-Guillermo- No soy fotógrafo, es más un pasatiempo, un hobbie. El museo está desarrollando el área de cultura como una forma más de comunicarse con el público y el resultado es esta muestra. Yo trabajo en mantenimiento de vías en la Línea Mitre, más precisamente en la estación Retiro. Los fines de semana estoy en el museo Raúl Scalabrini Ortiz de Haedo donde soy parte de la comisión revisora que es la que fiscaliza la administración y balances de la institución. Queremos agradecer en nombre del museo al centro cultural Carlos Keen por permitirnos colocar la muestra, ya hace años venimos participando de la Fiesta del Sol el mes de junio y siempre tuvieron una excelente predisposición para con nosotros. También queremos agradecer al diario el interés en la muestra e invitarlos a todo el público en general a visitarnos en Haedo, los días sábados, domingos y feriados de 14 a 18. Para coordinar la visita contactarse al Facebook del museo: Museo Raúl Scalabrini Ortiz (Haedo).

Francisco- No, no soy Ferroviario, aunque me considero tal por dar lo que siento trabajando en el Museo y el afecto que tengo hacia el ferrocarril.  Los trabajos que desarrollo en la institución son varios en general, cuando salimos con la locomotora a vapor, el autovía, alguna exhibición que se me requiera, hago el labor de Guardatren (Jefe de Tren) con un uniforme antiguo como era en su época de esplendor, hecho a mi medida a base de un antiguo saco… Todos los uniformes (el Guarda como el resto del personal tenían uno diferente dependiendo la época) fueron hechos por un sastre con fondo propio… después, en el predio estoy a cargo de la restauración de un coche de pasajeros marca Werkspoor (fabricado en Amsterdam, Holanda) de 1952 n°PA442, es uno de los varios vehículos que se encuentran allí y de los que se encara su puesta en restauración, haciendo trabajos que van desde pinturería, carpintería, electricidad, etc.

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